domingo, 14 de abril de 2013

Talpa 2013, Primera parte


06 - 04 - 13

Abelardo Ahumada

Una vez más, como todos los años, y desde tiempos ya inmemoriales, se están realizando en estos días (desde finales de enero hasta mediados de mayo) las tradicionales romerías o peregrinaciones al Santuario de la Virgen de Talpa.
01 Con una extensión de 2,685 km2, y con una población que apenas ronda los 15 mil habitantes, el municipio de Talpa es un municipio serrano cuya cabecera se halla a 1,160 metros sobre el nivel del mar.

Asombra saber que un pueblo tan diminuto como éste (con apenas 8 mil 839 habitantes según el censo del 2010) sea capaz de recibir alrededor de 3 millones de visitantes en cada ciclo anual. Pero ¿por qué ocurre este fenómeno?
Una respuesta digamos laica que me ha tocado escuchar, es que se trata de un acto de idolatría ignorante y de manipulación religiosa que según eso promueve el clero para obtener jugosos recursos y mantener al pueblo sometido a sus dictámenes. Otra, en cambio, de carácter religioso, es que se trata de un acto de fe sencilla y desinteresada que realizan los fieles para pedir un favor a la Madre de Dios, o para agradecerle otros ya recibidos.
02 Nadie sabe con exactitud cuántas personas visitan cada año el Santuario de la Virgen de Talpa, pero se calcula que desde al iniciar febrero y hasta mediados de mayo transitan por allí casi 3 millones de visitantes y peregrinos.

Para este redactor, sin embargo, la explicación es mucho más compleja y abarca otras respuestas personalísimas que derivan del desahucio de algún familiar, de una extrema urgencia, y que rondan incluso el ámbito sobrenatural; en la medida que cuando se habla de verdaderos milagros se topa uno con lo misterioso, con algo que ni el cerebro más lúcido es capaz de entender.

Deseando, pues, indagar por qué sucede que miles de colimotes se organizan cada año para ir a Talpa, en 2011 me involucré por primera ocasión en una de esas romerías, con el miedo de que mi cuerpo no fuera capaz de realizar los esfuerzos necesarios para concluir las cinco larguísimas travesías de aproximadamente 55 kilómetros diarios que realizan los integrantes del grupo que me invitó a participar. Ese miedo me llevó a madrugar durante casi dos meses para  entrenarme y para prepararme sicológicamente a emprender una marcha que en cuanto a mí concierne, no tuvo, en ese primer momento, nada que ver con la fe o con la idolatría sino, como ya dije, con la simple idea de encontrar los motivos por los que tantos paisanos de la región se sacrifican para llegar, todos los años, desde muy diversos caminos, hasta ese santuario.
En el 2011, pues, emprendí el primer recorrido y publiqué aquí las primeras impresiones que tuve de esos cinco días durísimos.


En 2012 realicé el segundo recorrido y volví a publicar lo visto y oído, señalando la novedad (lo fue para mí) de que muchos de los numerosos grupos de romeros que participan en dichas jornadas actúan como según los sociólogos, historiadores y antropólogos creen que debieron actuar las primitivas tribus y, una vez concluida “la peregrinación del 2013”, pretendo, si ustedes lectores me lo permiten, compartirles, más que la reseña del viaje en sí, las reflexiones y las observaciones que pude hacer durante el fatigoso e interesante trayecto:
Lo primero que quiero comentar es el asombro que provoca el hecho de ver a ciertas personas pasadas de peso, cargadas de edad, limitadas físicamente, que emprenden y realizan esas larguísimas caminatas venciendo no sólo las dificultades inherentes a las veredas que hay que pasar, sino soportando ampollas, dolores en las articulaciones, cansancio inaudito, hambre, sed, solazo y muy fuertes fríos, según las horas que cada quien dedica a la marcha.
En ese sentido vi, por ejemplo, a un profesor de más de 60 años de edad y con aproximadamente unos 120 kilos de peso que, aun cuando no completó todos los tramos de la peregrinación, caminó, venciéndose a sí mismo, algunos de los trayectos más difíciles, deseando, tal vez, recuperar una buena condición perdida. Vi asimismo (y caminé junto a él casi tres horas por una trepada rocosa) a un borrachito consuetudinario que, aparte de llevar una botellita de agua adicionada “con arrancador”, era evidentemente  pobre, desnutrido, mal vestido, calzado únicamente con unas sandalias de talonera y que, pese a todo ello, iba feliz, alegrándonos a los demás la jornada con chistes y dichos muy suyos. Demostrándonos a la vez que tiene una voluntad muy fuerte. Al menos la suficiente para derrotar a todos esos obstáculos personales y para entrar, sobrio, enteramente sobrio, al Santuario de Nuestra Señora en la primera misa del martes de Semana Santa, como me tocó constatarlo en plan de testigo silencioso, admirado por no entender cómo es que teniendo tanta fuerza de voluntad para llegar desde Villa de Álvarez hasta Talpa en seis fatigosos días, no ha utilizado esa misma fuerza para romper el influjo del alcohol.
Muchos otros ejemplos de tesón y fuerza de voluntad volví a observar en este tercer recorrido. Habiendo uno que me llamó la atención: se trata de un cuarentón colimote que suele viajar solo, cargando una gran mochila y su bolsa de dormir. Se llama José Alcaraz Rojas, pero es mejor conocido entre los caminantes talpeños como El Boni.
03 “Vine la primera vez hace 17 años para rogar que salieran bien mi hijo de una operación en el corazón”. José Alcaraz, El Boni (derecha). “Yo vine porque pedí un milagro y se me concedió”. Heriberto Alcaraz, 69 años cumplidos.

Lo he visto, coincidentemente, los tres años. El anterior iba solo, en éste acompañado por un tío suyo: don Heriberto Alcaraz López, de 69 años de edad. Ambos con una condición física increíble, pues nos rebasaron varias veces durante el trayecto, llevando, durante los primeros dos días sus pesados cargamentos en las espaldas, hasta que durante la madrugada del tercero los vimos en una calle de Ayutla sin ellas porque, según nos comentaron, “Los Villa (otros paisanos nuestros de una constructora que peregrinan desde hace varios años) nos estuvieron marreando para que subiéramos nuestras mochilas a su camión”.
Este Boni del que les hablo fue, según testimonio de otro de mis compañeros profesores, un excelente alumno suyo en una secundaria técnica de Colima, pero que por obra del destino parece haber tenido una juventud algo tormentosa. El caso es que como se ha convertido en un famoso y admirado caminante entre la raza que transita de aquí a Talpa, aproveché nuestra llegada coincidente al pueblito de San Pedro, Jal., para detenerlo, tomarle una foto y preguntarle:
-          Hola, Boni, ¿por qué por lo regular viajas solo?
-          Porque no hay quien cargue con su mochila y yo tengo esa devoción.
-          ¿Me podrías decir por qué y desde cuándo comenzaste tú a venir a Talpa?
-          Fue hace 17 años, para rogar porque saliera bien mi hijo de una operación del corazón que le tendrían que hacer. Luego para agradecer el milagro y después para seguir abogando por la gente.
-          Y, usted, don Heriberto, ¿por qué y desde cuando vino?
-          Yo tengo apenas viniendo dos años salteados. Vengo aquí con la ayuda y con la guía de mi sobrino. Y lo que me pasó a mí, fue que yo también le pedí a la Virgen un milagro y me lo concedió. Y por eso la primera vez que vine, en el 2011, le prometí que mientras que pudiera todavía caminar volvería. Y aquí me tiene otra vez, pese a mis 69 años cumplidos.
Frente a todos estos cuatro casos que he comentado, y a muchos otros que incluso duplican el cansancio y los sacrificios que tienen que realizar otras personas más débiles o limitadas que emprenden y culminan sus marchas, uno necesariamente se vuelve a preguntar qué es lo que mueve en el fondo a todas esas personas. Y se da cuenta que fanatismo no es, sino una combinación de fe, de esperanza, de necesidad, ganas de mejorar y superarse en bien suyo o de los demás, por los que “van abogando”, como nos dijera El Boni.
04 Decenas de miles de fieles mezclados con simples aventureros y gente curiosa transitan cada semana por aquellos agrestes caminos.

Más allá de esto, que ya de por sí maravilla y ronda en lo misterioso, hay otros elementos que son muy gratificantes para los peregrinos, o para los caminantes con simple curiosidad, como su servidor: y uno de ellos es la gloriosa y significativa oportunidad de encarar, como lo hicieron nuestros antepasados más primitivos, la naturaleza en toda su magnificencia, rigor y esplendor, tanto cuando va uno caminando, bajo la frialdad de las tres o cuatro de la madrugada, por un sendero iluminado  por la luz lechosa de la Luna llena; o cuando va siguiendo un camino ancestral que bordea el curso de un río; o cuando transita, cansado, casi al punto de la insolación, bajo el ardor inclemente del Sol, y se merman todos los bríos y todos los músculos y huesos del cuerpo  reclaman dejarse caer en la primera sombra que les ofrezca el campamento esperanzador.
En ese sentido quiero cerrar esta primera parte refiriéndoles una experiencia que tuve al despuntar la tercera madrugada de nuestro recorrido: habíamos pernoctado esa tercera noche en un pueblito que se llama Casa Blanca. El despertador del profesor José Ramírez Cosío volvió a sonar a las 2:30 horas con la melodía de El Bueno, El Malo y El Feo. Levantamos rápidamente el campamento, nos abrigamos lo mejor que pudimos para enfrentar el cierzo que sopla en ese alto valle y comenzamos a recorrer el camino antiguo hacia Cuautla a las 3:15, mientras los reflejos lunares nos permitían percibir, nítidos, los perfiles de los cerros a kilómetros de distancia. Bebimos una taza de café caliente en una ermita en las afueras de Cuautla hacia las 4:45 y, cuando íbamos a reemprender la marcha y la Luna se ocultaba en el horizonte, descubrí que mi botella con agua no estaba allí, y mientras localizaba otra, mis compañeros se adelantaron y tuve que caminar solo hasta Talpita.
05 Aun cuando Talpa no es, desde la perspectiva de la Secretaría de Turismo, un “pueblo mágico”, sí lo es, desde hace siglos, desde la perspectiva de los fieles que lo visitan.

Fueron dos horas gozosas en las que, caminando por un sendero de hierba pisada, no hubo nadie que se interpusiera entre La Tierra y mi ser; o entre los millones de estrellas que cintilaban en la esplendente Vía Láctea y mis ojos que se acostumbraron a ver con su tenue luz. Todo eso antes de llegar, unos minutos después del amanecer, a Talpita, en donde en un comedor sumamente rústico, sombreado con simples ramas secas de sauces, desayuné, ya otra vez junto con mis compañeros, una vigorizante taza de canela endulzada con rompope, un plato de costillitas de cerdo con salsa verde y tres suculentas tortillas como de 30 centímetros de diámetro recién salidas del comal.
Continuará.







Ya es oficial, Colima y Ciudad Guzmán son Ciudades Hermanas

Regionales
COLIMA, COLIMA
http://www.periodicoelsur.com/noticia.aspx?idnoticia=80470
Redacción Informativo del Sur de Jalisco
buzon@periodicoelsur.com 

Miércoles 20 de Marzo del 2013
 Imprimir Nota
COLIMA, COL., (EL SUR).- En el marco de la firma del Convenio de Hermanamiento Colima-Ciudad Guzmán, se reunieron en la primera ciudad los representantes de los respectivos gobiernos municipales, Federico Rangel Lozano y José Luis Orozco Sánchez Aldana, respectivamente.

Fue el auditorio “Gral. Miguel Álvarez”, del Palacio de Gobierno Municipal de Colima, sede de la recepción oficial, donde los Secretarios Generales de cada Ayuntamiento, presentaron, uno a uno, a los regidores, directores y jefes municipales que se dieron cita ante tan importante convocatoria, en un día que fue considerado histórico por la trascendencia de la “inauguración de una nueva etapa en la historia de las relaciones entre ambas ciudades”.

El programa fue inaugurado con una exposición de motivos, a manera de glosa de antecedentes históricos, leído por el cronista municipal de Colima, Abelardo Ahumada, quien dio rienda suelta a destacar episodios en los que han coincidido ambas localidades; “un aspecto que no debo omitir estando en un recinto en el que abundan los entes políticos es, precisamente, el de los vínculos de ese tipo, establecidos, queriendo y no, por zapotlenses y colimenses”.

“Van dos ejemplos: En los primeros días de abril de 1858, estando el presidente Juárez precisamente en Colima, designó como gobernador republicano de Jalisco, al Lic. Pedro Ogazón, y él se llevó, desde aquí, hasta Zapotlán el Grande, donde estableció provisionalmente su capital, comisionado como Ministro de Guerra, a su colega, amigo y paisano tapatío, Miguel Contreras Medellín, quien al año siguiente sería impuesto, precisamente por Ogazón, como gobernador de Colima. Y el segundo ejemplo tiene que ver con don Ramón R. de la Vega, un individuo inteligentísimo, nacido asimismo en Zapotlán, el 11 de septiembre de 1811, pero que se vino a vivir desde muy chico a Colima, y que tiene la fama de haber sido el fundador del primer periódico que circuló en esta ciudad, así como de haber sido Jefe Político del Territorio de Colima, presidente de la primera Legislatura Estatal, a partir de julio de 1857, y gobernador de nuestro estado en tiempos que llegaron acá los franceses”.

“En fin, motivos hay muchos para el hermanamiento entre ambas ciudades, pero el principal es que nuestros dos alcaldes y nuestros dos cabildos actuales tengan la voluntad política de propiciarlo”, finalizó.

En su mensaje, José Orozco Sánchez Aldana, destacó que “la historia nos ha hecho coincidir una y mil veces; episodios, personajes, gastronomía, familias, paisajes, tradiciones y costumbres que han alentado este acercamiento y el cual, hoy en día, deseamos reafirmar con un convenio que nos permita reconocernos como parte de un solo mosaico cultural, que está dispuesto a enriquecerse con el intercambio de experiencias y de acciones que cada una de nuestras ciudades puede ofrecer y compartir”.

“Colima-Ciudad Guzmán, Ciudad Guzmán-Colima, deseamos estrechar esta mutua cooperación porque estamos convencidos de que esta sinergia de colaboración traerá para ambas ciudades beneficios, que se traduzcan en cristalizar proyectos que alienten la mejora en la calidad de vida de nuestros conciudadanos, desde las diversas aristas de nuestras responsabilidades en calidad de funcionarios públicos”, abundó el primer edil zapotlense.

Por su parte, Federico Rangel Lozano, se dijo complacido por ser copartícipe en estimular esta nueva era de relaciones administrativas, económicas, culturales y sociales, entre Ciudad Guzmán y Colima. Reconoció la importancia que la historia ha dado a esta comunión bilateral, y refrendó el compromiso de coadyuvar en la colaboración que, el pueblo y el gobierno que representa, puedan traducirse en mejorar acciones y logros que, en base a la experiencia, compartan.

“Soy portavoz del sentir del cuerpo edilicio y de la comunidad colimense para decirles que esta es su casa, que ahora somos hermanos, y que no habrá menoscabo para tratarnos como iguales, dada las circunstancias geográficas y culturales que alientan esta empatía y amistad, más allá de épocas y fronteras, porque compartimos los mismos anhelos y sentimientos, y porque tenemos mucho que interactuar para seguir contribuyendo al desarrollo integral de nuestros municipios, porque, finalmente, nos reconocemos como parte de esta región del jaliscolimán de Arreola”, acotó.

Al finalizar el acto protocolario, ambos Presidentes Municipales, intercambiaron una serie de obsequios, y se tomaron la fotografía oficial. La firma del mismo Convenio de Hermanamiento se llevará a cabo en Ciudad Guzmán el próximo viernes 19 de abril, según quedó acordado por ambos mandatarios.

Oficializan hermanamiento Zapotlán-Colima


Regiones
El Occidental
21 de marzo de 2013

Redacción

Siglos de acontecimientos y relaciones entre la ciudad capital del vecino estado de Colima y la antigua Zapotlán el Grande, quedan unidas para siempre al oficializarse el hermanamiento entre ambas entidades, en acto protocolario realizado en la sala se sesiones del ayuntamiento de aquél municipio, la tarde del miércoles 20 de marzo.

Una comitiva encabezada por el alcalde José Luis Orozco Sánchez Aldana, se trasladó a la Ciudad de las Palmeras, como también se le conoce a Colima, en donde fue recibida por el alcalde, profesor Francisco Rangel Lozano, los integrantes del ayuntamiento local y por la presidenta del DIF Colima, maestra Leticia Contreras de Rangel.

Tras la lectura de una amena y bien documentada crónica, de parte del Presidente de la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades de Colima, Abelardo Ahumada, en la que narró los hechos relevantes y los acontecimientos ocurridos desde el siglo XVII, cuando personajes de una y otra parte, sobre todo en el aspecto religioso, dejaron antecedentes en donde históricamente quedaron plasmadas las relaciones habidas desde ese entonces, tocó el turno al alcalde colimense mostrar sus conocimientos de esos hechos y relaciones, y de la entusiasta voluntad por él manifestada para celebrar oficialmente este hermanamiento.

Dijo que producto de este hermanamiento se podrán lograr más y mejores resultados para ambas poblaciones. "Es un día histórico, de facto existe el hermanamiento y ahora se fortalece aún más, quiero reconocer la iniciativa de nuestro amigo, el presidente municipal de Zapotlán el Grande, licenciado José Luis Orozco Sánchez Aldana, porque junto con su honorable ayuntamiento presentó la iniciativa, que el Municipio de Colima también la hizo suya", declaró el Alcalde de Colima.

Por su parte José Luis Orozco Sánchez Aldana, en su mensaje dijo que en el año de 1996 Juan José Arreola había fue objeto de un homenaje en Colima y recibió de parte de la Universidad de esta entidad el título de Doctor Honoris Causa. "En aquella ocasión el Maestro tuvo la oportunidad de exponer una serie de anécdotas personales que le hacían compartir, de manera entrañable, el cariño y el amor por Colima y por su Zapotlán el Grande, y quien pudo hacer comercio y quien plasmó la denominación jaliscolimán, convencido de la gran empatía que supervive en las gentes que la cohabitan".

"La historia nos ha hecho coincidir una y mil veces; episodios, personajes, gastronomía, familias, paisajes, tradiciones y costumbres que han alentado este acercamiento y el cual, hoy en día, deseamos reafirmar con un convenio que nos permita reconocernos como parte de un solo mosaico cultural, que está dispuesto a enriquecerse con el intercambio de experiencias y de acciones que cada una de nuestras ciudades puede ofrecer y compartir".

"Colima-Ciudad Guzmán, Ciudad Guzmán-Colima, deseamos estrechar esta mutua cooperación, porque estamos convencidos de que esta sinergia de colaboración traerá para ambas ciudades beneficios que se traduzcan en cristalizar proyectos que alienten la mejora en la calidad de vidas de nuestros conciudadanos, desde las diversas aristas de nuestras responsabilidades en calidad de funcionarios públicos.

A nombre del pueblo y Gobierno de Zapotlán el Grande, Jalisco, que me honro en representar, agradezco al pueblo y gobierno del municipio de Colima, representado en la persona de nuestro fino amigo el profesor Federico Rangel Lozano, esta cálida recepción con la cual inauguramos una nueva etapa en la historia de las relaciones entre ambas ciudades, convencidos del compromiso mutuo por seguir alentando esta nuestra entrañable amistad", dijo en su mensaje José Luis Orozco Sánchez Aldana.

En el acto se contó con la presencia de la señora Mónica Reynoso de Orozco Sánchez Aldana, presidenta del DIF Zapotlán, de los regidores Silvano Hernández López, Higinio del Toro Pérez y Daniel Rodríguez Lira, del secretario general del ayuntamiento José de Jesús Núñez y del asesor Mario Cuevas Villalvazo, así como colaboradores cercanos del Alcalde. Al término del acto protocolario se invitó a una comida a toda la comitiva y en la que departieron con los anfitriones, todo celebrado en un excelente encuentro, de amigos y buenos vecinos.

CONFERENCIA DE ABELARDO AHUMADA EN EL ARCHIVO DE COLIMA

CRÓNICA EN IMÁGENES José SALAZAR AVIÑA