lunes, 20 de junio de 2011

Encuentro de Cronistas de Colima y del Sur de Jalisco

Abelardo Ahumada


Los habitantes de todas las poblaciones que circundan los volcanes de Colima somos, hemos sido y seguiremos siendo, aun sin querer o sin tomar conciencia de ello, paisanos en todas las formas posibles. No sólo porque somos, miembros de una comunidad regional con antecedentes históricos comunes y con un ambiente compartido, sino porque nos vinculamos todos por una gastronomía parecida, por algunos referentes geográficos (los volcanes, el río Grande, el río Naranjo, etc.), por  las viejas historias del Camino Real, por el ferrocarril Guadalajara-Manzanillo, y porque mantenemos vecindad de límites, usamos caminos y carreteras que nos unen, y mantenemos también un intenso intercambio comercial, académico y laboral.
Dentro de esta vasta región, ocupando un punto intermedio entre Guadalajara y Colima, está, por supuesto, el muy querido municipio de Zapotlán El Grande, con su flamante cabecera Ciudad Guzmán. Punto en donde este viernes 17 de Junio de 2011, a propuesta de la mesa directiva de la Asociación de Cronistas de Pueblos y Ciudades de Colima, se llevó a cabo la primera reunión de cronistas colimotes con sus respectivos colegas de las ciudades y pueblos del Sur de Jalisco. Todo ello con el interesante propósito de afianzar los vínculos socioculturales e históricos ya mencionados, y propiciar una serie de encuentros que derivarán en la difusión regional y nacional de esta historia compartida.

1.- Presídium de la reunión en la Sala José Clemente Orozco, del Palacio Municipal de Zapoltán El Grande, cuya cabecera es Ciudad Guzmán.

La reunión tuvo verificativo desde las 11:00 hasta las 14:00 hs., en la Sala José Clemente Orozco, del Palacio Municipal de Ciudad Guzmán, Jal., donde fungió como excelente anfitrión Fernando González Castolo, cronista de esa ciudad.

Concurrieron, en representación de los cronistas jaliscienses, Adriana Gil Pérez, de Tamazula; Federico Murguía Cárdenas, de Sayula; María Raquel Ibáñez Lara, de Techalutla; J. Ángel Chávez Nájar, de Tecalitlán; Miguel Ortiz Vázquez, de Tuxpan; el ya mencionado Fernando González Castolo, por Ciudad Guzmán; Carlos M. Boyzo Nolasco, cronista de Atemajac de Brizuela, quien funge además como secretario de la Asociación de Cronistas del Estado de Jalisco, y la historiadora Aurora Murguía, de Zapotiltic.

Por Colima asistieron: Miguel Chávez Michel, de Armería (y secretario de la ACPCC); Antonio Magaña Tejeda, de Cuauhtémoc; Rubén Jaime Valencia, de Comala;  Juan Delgado Barreda, ex cronista de Villa de Álvarez, pero aún socio de la ACPCC; José Salazar Aviña, ex cronista de Tecomán, pero todavía también miembro de la ACPCC, y quien esto escribe, en su calidad de cronista municipal de Colima y presidente de la asociación local. Varios de los cuales fuimos acompañados por nuestras esposas.

El propósito de la reunión se cumplió plenamente, pues, para comenzar, González Castolo dio la bienvenida  con la proyección de un video que nos mostró, como un rico aperitivo para la reunión, los principales sitios de interés del primer cuadro de su ciudad. Hubo luego una autopresentación que sirvió como rompehielo, y en todas las participaciones se evidenció el reconocimiento de la realidad compartida que mencioné al principio. Detalle que fue propicio para que la directiva de Colima hiciera la propuesta a sus colegas jaliscienses, para venir en octubre a los municipios de Cuauhtémoc y Colima, a participar en un primer coloquio regional temático que estamos organizando, y en el que precisamente pretendemos dos cosas: primero que se expongan las Historias Compartidas del Camino Real de Colima y sus Ramales que cada uno de ellos y nosotros ha ido rescatando, y segundo, que todas esas historias se publiquen y difundan tanto de manera impresa, en un libro colectivo, como de manera digital, mediante nuestros respectivos blogs y páginas de la internet, para que estén abiertos a disposición de todos aquellos paisanos que siguen viviendo en nuestra región, o que se vieron en la necesidad de emigrar y recuerdan sus pueblos con cariño y nostalgia.
Hubo coincidencia casi total sobre las propuestas hechas, y quedamos de volver a vernos en dicho coloquio (o congreso) en Cuauhtémoc y Colima, del 14 al 16 de octubre, y devolverles la visita la siguiente semana a ellos, para participar en la famosísima Feria de Zapotlán, de la que tan bellamente escribiera el literato zapoltense Juan José Arreola. Quien, con gran tino acuñó el vocativo “Jaliscolimán”, para referirse a esta región de la que formamos parte.

2.- Cronistas municipales de Colima y del Sur de Jalisco posando para la foto en la escalera del kiosco monumental de la Plaza de Armas de Ciudad Guzmán.

Al término de la asamblea salimos del Palacio Municipal, cruzamos la avenida Cristóbal Colón, recorrimos un tramo de la gigantesca Plaza de Armas, también conocida como Jardín 5 de Mayo, y nos fuimos a tomar la obligada foto del recuerdo en la escalinata del kiosco monumental de cantera que allí existe.

3.- Monumento al gran muralista, erigido por Rafael Zamarripa, director del Ballet de la U. de C.

Siendo las 2 de la tarde del viernes, y habiendo entre los cronistas del Sur de Jalisco algunos profesores que debían ir a trabajar por la tarde, se despidieron allí, mientras que los demás nos trasladamos a un bonito restaurante típico para degustar algunos platillos locales, de los que volví a saborear un grueso chamorro embirriado, mientras escuchábamos las notas y las voces de un alegre mariachi que convirtió nuestra comida en fiesta.

4.- El famoso Palacio de los Olotes. Alguna vez albergó la sede provisional del Gobierno del Estado.


En el ínterin, sin embargo, de que íbamos desde la plaza hasta el restaurante, o regresando de éste hacia los espacios en donde habíamos dejado estacionados nuestros vehículos, vimos algunos de los principales y más notables edificios del centro histórico de la ciudad anfitriona. Entre otros, la presidencia municipal, que fue inicialmente construida de un solo piso en 1912, y a la que se anexó el segundo en 1970 y se le construyó un portal en 1994; la catedral, que se dedicó como templo al señor San José, cuya construcción inició en 1886 y concluyó en 1900; los bellos portales, por supuesto, y destacando por su originalidad, en la esquina norponiente de la plaza, el famosísimo Palacio de los Olotes. Una edificación de estilo ecléctico-afrancesado, construida hacia finales del Porfiriato, y a la que los zapotlanenses asignaron ese peculiar nombre porque, según se decía entonces, el dueño  de dicho edificio (unos dicen que Salvador Ochoa, otros que Salvador Mendoza) era tan gran productor de maíz, que con la sola venta de los olotes producidos por sus mazorcas ya desgranadas en la cosecha de un año, pudo construir la gigantesca casona. Todo ello porque en aquel entonces los mencionados olotes eran usados como combustible en todos los fogones y las hornillas de la ciudad, y no se regalaban sino que se vendían.
5.- La Catedral, dedicada a San José. Terminó de construirse en 1900.

Cuando fui por mi camioneta y pasé por el portal norteño me tocó ver, colocada junto al dintel de la puerta de la primera casa situada al oriente del mismo, una placa metálica conmemorativa con la siguiente leyenda: “En esta casa nació la ilustre compositora María Consuelo, Consuelito Velázquez. 29 de agosto de 1916 – 30 de enero de 2005”. Y no pude menos que recordar la letra de una de sus más famosas y difundidas canciones, que usted, lector(a) podrá recordar inmediatamente, porque se trata, nada más y nada menos que aquella que dice: “Bésame, bésame mucho/ como si fuera está noche/ la última vez. / Bésame, bésame mucho/ que tengo miedo perderte/ perderte otra vez”…

6.- En la primera casa del portal norteño nació Consuelito Velázquez, autora de Bésame MuchoCachito Mío y otras famosas canciones.

La vinculación entre los cronistas colimotes y los del Sur de Jalisco ya comenzó. Esperemos que tenga continuidad y que rinda los frutos culturales que pueden esperarse de todos ellos para registrar y difundir la historia compartida de la región.

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CONFERENCIA DE ABELARDO AHUMADA EN EL ARCHIVO DE COLIMA

CRÓNICA EN IMÁGENES José SALAZAR AVIÑA